El final del Imperio Otomano se establece después de la Primera Guerra Mundial, a estas
altura de la historia poco se conoce de los descendientes del creador del gran imperio. Osman
comenzó una larga historia que definió la creación de un estado basado en las enseñanzas
sufíes que su jeque Sheik Edebhali sembró en él, las cuales definieron su personalidad y estilo
de vida.
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Cien años se necesitaron para que se comenzara a escribir sobre la historia de este hombre,
de quien se supone, según estudiosos, viene del linaje de guerreros de la tribu turca kayi
quienes se proponían crear un estado donde todos pudieran convivir sin importar las religiones,
todos tuvieran los mismos derechos y bajos impuestos. Tanto él como sus descendientes
fueron creadores de monedas, de un ejército (mamelucos), de escuelas porque consideraban
que nadie podía crear un mundo basado en la ignorancia,incluso fundó cortes de justicia.
Su historia quizás se mueva entre la realidad y la fantasía, no obstante su legado está más allá
de sus intenciones y con sus conquistas también crecieron las ciencias y obviamente esto
propició el crecimiento de muchos enemigos que consideraban al imperio turco otomano (
seguidores de Osman) un enemigo que debían debilitar. Desde los comienzos mongoles y
bizantinos creaban alianzas para destruir la fuerza turca.
El final de esta dinastía fue marcado por la expulsión de sus tierras de todos sus
descendientes, aún hoy en día están dispersos por el mundo aunque se conoce que el
heredero mayor es Harun Osman Osmanoglu y según The New York Time, la reverencia en el
funeral del Príncipe Imperial Ertugul Osman en el 2009 marcó la “rehabilitación del imperio
otomano” a pesar que toda la familia sin excepción fueron exiliados en 1924, dispersandose
por toda Europa, Medio Oriente y Asia y como ninguno tenía pasaporte oficial de ningún país
específico (eran los dueños de la región), se vieron imposibilitados a viajar. Este constituye un
acto de ensañamiento y un claro despliegue de envidia y deseos de debilitarlos.
El propósito creado para destruir al gran imperio otomano ha quedado truncado después de
algunos años y su renacer devuelve a la humanidad historias que se intentaron esconder para
borrar la influencia que incomodaba a algunos. Se cuenta que en 1929 el Palacio de Topkapi
estaba siendo convertido en un museo y su entonces director el Dr Halil Edhem Eldem invito a
un teólogo alemán Gustav Adolf Deissmann en un recorrido por la biblioteca. Lo siguiente es
siempre obvio, el Sr. Gustav decidió dirigirse a la Fundación Rockefeller para que los ayudara a
financiar un proyecto de preservación de manuscritos antiguos de la biblioteca y esto le dio
acceso ilimitado al Dr alemán a todos los artículos no islámicos.
Estaba al frente de lo que constituía la vasta biblioteca de Mehmed II, uno de los descendientes
de Osman. Todos los artículos allí coleccionados pertenecían a los ya expulsados miembros de
la familia. Violentaron la propiedad que por siglos había pertenecido a una familia e intentan
borrar sus aportes a la humanidad. Las manos usurpadoras de siempre estaban manchando
con su sudor de codicia un legado importante. Nunca llegaremos a saber cuántas veces han
repetido el mismo acto.
No nos sorprende que las manos de los Rockefeller estuvieran detrás de tales documentos que
contenían información importante para la humanidad y que ellos necesitaban esconder. Había
entre sus intereses un mapa inusual en pergamino y este fue llevado ante los ojos del
orientalista Paul E. Kahle quien lo identificó como una creación de Piri Reis.
Este pergamino formaba parte de otro mapa; es el tercio occidental restante de un mapamundi
dibujado en pergamino de piel de gacela. Muestra el Océano Atlántico con las costas de
Europa, África y América del Sur. Sus letras están escritas en turco otomano y es una carta
portulana pues así lo marcan la cantidad de rosas de los vientos.
Este mapa sui generis tiene otra parte que se centra en el Atlántico y América y en la esquina
superior izquierda, el Caribe que según se describe está organizado lo que lo diferencia de los
mapas modernos o contemporáneos. Hay una gran isla orientada verticalmente denominada
Hispaniola y la costa ccidental incluye elementos de Cuba y América Central. Se manifiesta que
muchos lugares en el mapa han sido identificados como islas fantasmas o no han sido
identificados de manera concluyente.
Nos saltan a la vista una serie de preguntas, quién fue este hombre que supo crear un mapa
tan exacto y que fue olvidado, sustituido por otros nombres menos importantes. Lo primero es
que la Antártida está reflejada en sus mapas, pero no tan lejana ni cubierta de hielo. Ahmed
Muhiddi Piri, es un cartógrafo importante y ha sido borrado de la historia quizás porque no
cumplía los requerimientos de quienes crearon nuestro planes de estudio. Este Bey otomano
era un navegante, geografo y cartografo cuyos estudios están recopilados actualmente en su
Kitab-iBahiriye (libro de Navegación) su contenido detalla información de técnicas de
navegación, puertos importantes y ciudades del Mar Mediterráneo.
En estos tiempos solo podemos reconocer que no sabemos nada porque “nos han mentido en
todo”, urge que levantemos nuestra vista del constante control y comencemos a descubrir
nuevos espacios, historias escondidas que nos atañe porque son parte de reconocer quienes
somos y de donde venimos, pero lo principal hacia dónde debemos ir. No importa si el mundo
cambia, si destruimos enemigos, es necesario exigir a los demás que nos creen un mundo
hermosos para vivir sino sabemos qué hacer y tampoco podemos entenderlo.