En su mitin en Waterford Township, Michigan, el sábado por la noche, el expresidente Trump mostró una energía inusual. Este evento se produjo tras la decisión de un juez en Nueva York, el día anterior, de ordenarle a Trump el pago de 355 millones de dólares a este estado por el reembolso puntual y con los intereses correspondientes de sus préstamos empresariales. Este incidente legal podría marcar un punto de inflexión crítico para Estados Unidos si no se anula.
El expresidente criticó a los demócratas, acusándolos de adoptar tácticas extremadamente radicales en sus estrategias legales contra él y sus seguidores, comparando su comportamiento con el de los marxistas. Argumentó que buscan someter a la ciudadanía y sofocar cualquier cuestionamiento a sus afirmaciones, en una maniobra que recordó a prácticas autoritarias.
Durante el mitin, Trump también lanzó una advertencia hacia el estado de Nueva York, insinuando consecuencias negativas a raíz de esta confrontación legal.
Dijo el presidente Donald J Trump:
El expresidente Trump expresó su frustración y consternación en un reciente discurso, calificando de injustas y deshonrosas las acciones legales en su contra, especialmente cuando se considera a sí mismo inocente de cualquier irregularidad. «No hemos cometido ningún error,» insistió, refiriéndose a él y a su equipo, cuestionando la legitimidad de las acusaciones y la identidad de los acusadores.
Trump criticó duramente el sistema judicial estadounidense, describiéndolo como defectuoso y corrupto, y argumentó que las recientes acciones legales no solo lo atacan a él personalmente, sino que representan un ataque más amplio contra los ciudadanos estadounidenses. Enfatizó la amargura, la venganza y el odio que percibe en el proceso judicial actual, especialmente en relación con la multa de 355 millones de dólares que se le impuso, a pesar de que, según él, «todo se hizo correctamente».
El expresidente también lamentó la situación con un banco, argumentando que no hubo víctimas en el trato y que la multa era excesiva. Criticó al juez encargado del caso y al Fiscal General de Nueva York, acusándolos de perseguirlo por motivos políticos más que legales, y sugirió que tales acciones legales ahuyentarían a las empresas del estado de Nueva York, dañando la economía local y nacional.
Trump concluyó advirtiendo sobre las graves consecuencias que tales persecuciones políticas podrían tener para el clima empresarial en Estados Unidos, sugiriendo que podrían llevar al país a un declive similar al de las naciones del tercer mundo, especialmente aludiendo a la situación en la frontera como un indicativo de este deterioro.