Haití ha sido, en apariencia, la tierra de nadie. Sus gobiernos tan irresponsables como corruptos han facilitado la entrada de criminales sin que las fuerzas del orden se interesaran en defender la vida de sus ciudadanos. Aquellos que han querido enriquecerse con los negocios más lucrativos de la trata humana han encontrado una fuente de suministro entre los habitantes de Haití y con el respaldo de quienes tienen el control.
Lo que ya no es un secreto, ahora ha sido expuesto por Yahoo, en un artículo reciente y es que después de Sound of Freedom, entender este complejo sistema de corrupción ha sido más fácil para aquellos cuyas mentes no conciben otra justicia que la de los que llevan uniforme aunque estos sean los más corruptos.
La fina línea entre el odio y el amor e incluso entre el deber y el delito son fáciles de traspasar cuando los seres humanos,nos adaptamos a estar en la burbuja del poder y convertirnos en infalibles o intocables, estando por encima de la ley.
Solamente la tan cacareada presencia de la conciencia que los psicólogos modernos han suprimido del análisis del comportamiento porque con ello justifican la vendetta de la maldad tal como: una actitud inherente a todos los seres humanos. Según ellos somos más propensos al mal que a actuar en defensa y protección de otros.
La conciencia o el miedo a incumplir con los principios dictados por la Biblia y que deben ser inculcados al nacer y ratificados por la educación y la sociedad, han sido borrados en casi su totalidad de la sociedad por lo que consumimos a diario, desde las noticias plagadas de acontecimientos funestos como la literatura, el arte en general y los comportamientos de quienes dicen tener la verdad absoluta sobre el desarrollo y control de la humanidad.
El peso de la justicia esta cayendo como un pesado martillos sobre aquellos que se creian duenos y senores de la vida. El delito de cometer delitos tiene un castigo y ahora esta siendo expuesto. No podemo decaer, somos capaces de detener a los criminales y eso lo ha demsotrado el Presidente Bukele en el Salvador, no hay excusas para dejar que la justicia continue con los ojos tapados y la balanza del dinero sostenida en sus manos