El primer debate presidencial de las elecciones de 2024 se llevó a cabo en un escenario sin precedentes. Con Joe Biden fuera de la contienda tras su retiro en junio, el expresidente Donald Trump y la actual vicepresidenta Kamala Harris se enfrentaron en un debate cargado de tensiones, argumentos contrastantes y momentos clave que delinearon el futuro de Estados Unidos. Este evento histórico, realizado en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia, marcó el inicio de una campaña decisiva para el futuro del país.
Un contexto único: Biden fuera de la carrera
Este debate fue particularmente significativo debido a la inesperada retirada de Joe Biden, lo que colocó a Kamala Harris como la principal contendiente del Partido Demócrata. Desde el inicio, la moderadora destacó la importancia de este encuentro: una batalla política entre dos figuras que representan visiones muy diferentes para el futuro de Estados Unidos.
Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca tras una tumultuosa presidencia, y Harris, que aspira a convertirse en la primera mujer presidenta del país, ofrecieron a los votantes dos caminos radicalmente distintos. Con la economía, la inmigración, el cambio climático y la guerra en el extranjero como temas centrales, ambos candidatos demostraron su capacidad para defender sus posturas y conectar con el electorado.
Economía: La batalla por el bolsillo de los estadounidenses
Uno de los temas más discutidos durante el debate fue la economía. En un momento crítico para millones de estadounidenses que luchan contra la inflación y el alto costo de vida, Trump y Harris presentaron planes drásticamente diferentes para abordar estos problemas.
Kamala Harris subrayó su compromiso con la «economía de oportunidades», una estrategia centrada en apoyar a las familias trabajadoras, aumentar el crédito fiscal por hijos, y proporcionar incentivos fiscales para pequeños negocios. La vicepresidenta también hizo hincapié en la creación de viviendas asequibles y una inversión en infraestructura que genere empleos bien remunerados.
En contraste, Donald Trump se apoyó en su historial económico previo. Defendió su manejo de la economía durante su mandato, destacando el bajo desempleo y el crecimiento salarial antes de la pandemia. Trump culpó a la administración Biden-Harris de la inflación descontrolada y prometió reducir los impuestos nuevamente, desregular las industrias y fortalecer la producción energética. Para el expresidente, su enfoque pondría a Estados Unidos «primero» y devolvería la prosperidad a la clase media.
El contraste en sus visiones quedó claro: Harris enfocada en el gasto público para apoyar a las familias y pequeñas empresas, y Trump apostando por la reducción de impuestos y la desregulación para impulsar el crecimiento económico.
Inmigración: Seguridad fronteriza y el flujo de migrantes
Otro de los puntos álgidos del debate fue la inmigración. Este tema, que ha sido central en la retórica de Trump desde su primera campaña, fue nuevamente uno de sus principales ataques contra la administración actual.
Donald Trump acusó al gobierno de Biden y a Harris de haber permitido que millones de inmigrantes ilegales cruzaran la frontera, lo que según él ha incrementado los niveles de criminalidad en las ciudades estadounidenses. Prometió la «operación más grande de deportación» que el país haya visto, mencionando que utilizaría a la Guardia Nacional y las fuerzas locales para deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Trump se mostró firme en la construcción de más muros fronterizos y la implementación de políticas severas de inmigración.
Kamala Harris, por su parte, defendió las acciones de la administración Biden, explicando que el retraso en la implementación de ciertas políticas de inmigración se debía a la falta de apoyo del Congreso. Harris atacó a Trump por no haber apoyado una ley que habría colocado a 10,000 agentes adicionales en la frontera y aumentado los recursos para combatir el tráfico de fentanilo y otras drogas. Además, subrayó que la política migratoria de Trump estaba más interesada en generar problemas que en resolverlos, acusándolo de utilizar el miedo y la división para conseguir apoyo.
El aborto: Derechos de las mujeres y el futuro de Roe v. Wade
En el tema del aborto, la diferencia entre ambos candidatos no podría haber sido más clara. Kamala Harris afirmó con vehemencia que, como presidenta, restablecería las protecciones de Roe v. Wade y firmaría cualquier ley que garantizara el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Harris describió las prohibiciones del aborto como «inmorales» y aseguró que estas leyes han puesto en peligro la vida de las mujeres, en particular aquellas de clase trabajadora que no pueden acceder fácilmente a la atención médica.
Donald Trump, quien se jacta de haber conseguido la anulación de Roe v. Wade gracias a la nominación de jueces conservadores a la Corte Suprema, defendió su postura y reiteró que su posición sobre el aborto está en línea con la mayoría de los estadounidenses. Aunque dijo estar a favor de las excepciones para casos de violación, incesto y peligro para la vida de la madre, Trump destacó que el tema del aborto debe ser decidido por los estados, no a nivel federal. Además, acusó a los demócratas de apoyar el aborto hasta el noveno mes, lo cual fue calificado como una «mentira» por Harris.
Guerra en Israel y Gaza: Defensa y diplomacia
El debate también abordó la creciente crisis en Oriente Medio, con Kamala Harris destacando la importancia de mantener el apoyo a Israel, mientras abogaba por minimizar las bajas civiles en Gaza. Harris defendió la solución de dos estados y prometió trabajar incansablemente para restablecer las negociaciones de paz.
Donald Trump, por otro lado, señaló que bajo su mandato, la situación en Oriente Medio estaba bajo control, aludiendo a los Acuerdos de Abraham como prueba de su habilidad diplomática. Criticó duramente a la administración actual, acusándola de permitir que Irán financie a grupos terroristas y prometió resolver el conflicto rápidamente si es reelegido.
La transferencia de poder
Uno de los momentos más tensos del debate fue cuando se abordó el tema de la transferencia pacífica del poder y los eventos del 6 de enero de 2021. Kamala Harris criticó a Trump por haber incitado a una turba violenta a atacar el Capitolio, calificándolo como un ataque directo a la democracia. Harris llamó a los votantes a «pasar página» y aseguró que no permitiría que la historia se repita.
Donald Trump, por su parte, negó cualquier responsabilidad por los eventos del 6 de enero, afirmando que había pedido a sus seguidores que protestaran «pacíficamente y patrióticamente». Culpó a Nancy Pelosi y a las autoridades locales de Washington, D.C., por no haber aceptado su oferta de desplegar la Guardia Nacional.
Conclusión: Dos visiones contrastantes para el futuro de Estados Unidos
El debate dejó en claro las profundas divisiones que existen entre los dos candidatos y sus visiones para el país. Mientras Kamala Harris aboga por una mayor inversión en la clase trabajadora, la protección de los derechos reproductivos y una política exterior basada en la diplomacia, Donald Trump se posiciona como el candidato que traerá seguridad, prosperidad económica y fuerza en la política exterior.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, este debate probablemente desempeñará un papel clave en la decisión de los votantes sobre qué camino desean que tome Estados Unidos. Ambos candidatos tienen mucho en juego, y el resultado de esta contienda podría moldear el futuro del país por décadas.